La acción contra el Comando Vermelho en los complejos de favelas de Complexo do Alemão y Complexo da Penha fue la más sangrienta de la ciudad y plantea serias incógnitas sobre el uso de la fuerza.
Un megaoperativo policial realizado el 28 de octubre de 2025 en las favelas de Complexo do Alemão y Complexo da Penha, en la ciudad de Río de Janeiro (Brasil), dejó más de 100 muertos, según fuentes oficiales de la Secretaría de Seguridad del estado. La operación, considerada la más letal en la historia del estado, fue el resultado de unos dos meses de planificación y buscaba dar un golpe contundente contra la organización criminal Comando Vermelho.
Claves del operativo
La estrategia —denominada “Operación Contención” por agentes involucrados— pretendía “empujar” a los miembros del Comando Vermelho hacia la zona boscosa de la Serra da Misericórdia, que separa ambos conjuntos habitacionales, donde se tejía el control territorial del grupo.
El despliegue involucró a cerca de 2.500 agentes de la Policía Militar, el BOPE (Batallón de Operaciones Especiales) y la Policía Civil, apoyados por helicópteros, vehículos blindados y drones en una operación de asalto con niveles de violencia sin precedentes.
Contexto y repercusiones
El Comando Vermelho es una de las principales facciones criminales de Brasil, asentada en gran medida en las favelas de Río de Janeiro, con actividades relacionadas con el narcotráfico, porte ilegal de armas y tráfico interno de drogas.
Autoridades locales presentaron la operación como un “golpe al corazón” del grupo criminal, pero organismos de derechos humanos y expertos en seguridad han expresado su preocupación por el elevado número de fallecidos y las posibles ejecuciones extrajudiciales que van más allá de un enfrentamiento legítimo.
¿Qué sigue?
El Ministerio Público de Río de Janeiro abrió una investigación para esclarecer las circunstancias de la muerte de los civiles y agentes policiales, así como para determinar la legalidad de las tácticas usadas. Mientras tanto, el impacto humanitario de la operación —con suspensión de clases, bloqueo de vías y desvío de transporte público— generó alarma en la población de las favelas involucradas.
Este episodio plantea una agenda compleja para la seguridad urbana en Brasil: ¿hasta qué punto se pueden usar tácticas militarizadas para combatir el crimen organizado sin socavar los derechos humanos y la confianza ciudadana en las instituciones?
