El legendario pianista y arreglista dejó una huella imborrable en el movimiento salsero de los años 60 y 70. Su álbum “My Ghetto” se convirtió en un referente del sonido afrocaribeño.
Miami, EE. UU. – El mundo de la música latina está de luto. A los 77 años, falleció en Miami el pianista, compositor y arreglista Kent Gómez, una de las figuras más influyentes en el desarrollo de la salsa neoyorquina durante las décadas de 1960 y 1970. Su muerte fue confirmada por su esposa, Zoé Álvarez, quien escribió en redes sociales: “Con el dolor de mi alma y mi corazón les aviso que el amor de mi vida, Kenny, falleció hoy”.
Nacido en 1947 en Manhattan, de padre puertorriqueño y madre griega, Kent Gómez creció en medio de una ciudad vibrante, donde la música caribeña se fusionaba con el jazz, el soul y el boogaloo. Desde temprana edad, demostró una sensibilidad especial para el piano, y en su juventud se convirtió en uno de los arreglistas más respetados de la escena salsera emergente.
Su disco más emblemático, “My Ghetto” (1968), es considerado una joya del catálogo afrocaribeño en EE. UU., y una referencia clave del sonido urbano y crudo que caracterizó a la salsa en sus inicios. Temas como “Mi son” y “Los molestosos” se convirtieron en himnos para las comunidades latinas de Nueva York, y su influencia se extendió rápidamente a países como Colombia, Venezuela y Puerto Rico, donde su música fue adoptada por los barrios y las emisoras populares.
Gómez no solo brilló como solista. Su trabajo como arreglista marcó a decenas de producciones salseras que hoy son consideradas de culto. Colaboró con agrupaciones y artistas que más tarde integrarían la famosa Fania All-Stars, y fue uno de los primeros en mezclar el sabor del son cubano con arreglos más modernos e influencias jazzísticas.
Durante sus últimos años, aunque alejado de los escenarios, Kent continuó activo en el mundo de la música, compartiendo anécdotas, reeditando parte de su obra y siendo homenajeado en festivales dedicados a la salsa clásica. Su legado ha sido rescatado por coleccionistas y melómanos, y su obra sigue siendo redescubierta por nuevas generaciones gracias a plataformas digitales y archivos de vinilo.
Amigos, músicos y fanáticos han expresado su pesar por la partida de una figura esencial en la historia de la música latina. Para muchos, Kent Gómez no solo tocaba el piano: narraba con sus dedos la vida del barrio, la nostalgia del inmigrante y la fuerza de una identidad cultural que floreció desde los márgenes y conquistó al mundo.