En una final épica disputada en el Allianz Arena de Múnich, la selección de Portugal se impuso a España en la tanda de penales (5-3), tras un vibrante empate 2-2 en los 120 minutos de juego. El encuentro, que mantuvo en vilo a millones de aficionados, quedará en la memoria como uno de los duelos más intensos entre dos gigantes del fútbol europeo.

Cristiano Ronaldo, a sus 40 años, volvió a ser protagonista absoluto: marcó un gol clave durante el tiempo reglamentario y abrió la serie de penales con su ya clásico remate imparable. Con este nuevo título, CR7 amplía su legado como uno de los jugadores más grandes de todos los tiempos, guiando nuevamente a Portugal a la cima del continente.

Tras levantar el trofeo, el capitán luso afirmó que, pese a su edad, «mantiene el hambre» y sueña con llegar al Mundial de 2026, motivado por una generación joven que comienza a consolidarse con autoridad. “Superar a España nos da confianza y demuestra que seguimos siendo una selección de élite”, aseguró Ronaldo en declaraciones posteriores.

España, por su parte, mostró coraje y talento, pero falló en el momento decisivo desde los once pasos. La derrota, aunque dolorosa, no opaca el crecimiento de un equipo que promete ser protagonista en los próximos años.

Con esta victoria, Portugal celebra un nuevo título internacional, y el mundo del fútbol observa con asombro cómo Cristiano sigue escribiendo capítulos legendarios en su carrera, desafiando al tiempo y liderando a los suyos con la misma determinación de siempre.