La inflación alimentaria alcanza el 6,64 % en octubre y presiona cada vez más el presupuesto doméstico.
La comida en Colombia se vuelve cada vez más cara. Según los datos de DANE, el rubro de alimentos tuvo una variación anual del 6,64 % en octubre, superando tanto la inflación general como el promedio histórico para el sector. Esta escalada impacta de manera directa el poder adquisitivo de millones de hogares.
Principales motores del alza
- Choques climáticos y agrícolas: Algunas hortalizas, raíces y tubérculos como la yuca (+46 %), zanahoria (+50,9 %) y tomate (+41,2 %) presentan aumentos de dos dígitos, producto del clima y problemas en la producción.
- Guarismos de insumos importados y tipo de cambio: Aunque el peso colombiano ha mostrado cierta estabilidad, la dependencia de materias primas agrícolas, fertilizantes y otros insumos que se cotizan en dólares genera presiones adicionales sobre los costos domésticos.
- Costos de procesamiento y logística: Los alimentos procesados y los que requieren largos trayectos de transporte reportan incrementos, afectando la cadena hasta el producto final.
- Inflación estructural en alimentos frente a bienes y servicios: Mientras que la inflación general se ubica en torno al 5,5 % en el país, el comportamiento del segmento alimenticio está por encima, lo que evidencia un desalineamiento entre categorías.
Impactos en los hogares colombianos
- Los hogares más vulnerables, que destinan un mayor porcentaje de sus ingresos a la canasta básica, están siendo los más afectados.
- Con varios productos clave mostrando incrementos altos, el mercado rinde menos, obligando a los consumidores a ajustar presupuestos o sacrificar otros gastos.
- A largo plazo, esta dinámica puede traducirse en menores niveles de nutrición, más informalidad y una presión creciente sobre políticas sociales.
¿Qué se puede esperar ahora?
Aunque algunos analistas anticipan que la inflación alimentaria podría moderarse hacia finales de año, todo dependerá de factores externos como el clima, los costos internacionales y la logística nacional. El reto para las autoridades es grande: equilibrar ofertas, mejorar producción local, y amortiguar los impactos para los hogares de menores ingresos.
