El Gobierno respondió con firmeza al retiro de ayuda financiera y las amenazas de aranceles, y evalúa nuevas medidas ante el deterioro de las relaciones bilaterales.
El presidente Gustavo Petro ordenó este lunes llamar a consultas al embajador de Colombia en Washington, Daniel García-Peña, tras el reciente deterioro en las relaciones bilaterales con Estados Unidos. La decisión se tomó luego de que el presidente Donald Trump anunciara la suspensión de la ayuda financiera a Colombia y advirtiera sobre la posible imposición de aranceles a las exportaciones nacionales, en medio de una de creciente tensión diplomática.
En declaraciones previas, Trump había calificado a Petro como un “líder del narcotráfico”, lo que generó un amplio rechazo en el Gobierno colombiano. Desde la Casa de Nariño, se afirmó que Colombia mantendrá una postura “respetuosa pero firme”, buscando resolver la situación “por la vía diplomática y el diálogo directo entre los Estados”.
La Cancillería confirmó que el embajador García-Peña ya se encuentra en Bogotá, donde sostendrá reuniones con el presidente Petro y el canciller Álvaro Leyva para definir los próximos pasos de la estrategia diplomática. Según fuentes oficiales, el Gobierno analiza alternativas para proteger los intereses comerciales del país y garantizar la continuidad de la cooperación bilateral en temas como seguridad, medioambiente y desarrollo rural.
Expertos en política internacional señalaron que este episodio podría marcar uno de los momentos más complejos en la relación entre Bogotá y Washington en los últimos años. Además, advirtieron que una escalada de tensiones podría tener repercusiones en sectores clave como las exportaciones de flores, café y productos agrícolas, así como en los programas de cooperación antinarcóticos.
Por ahora, el Gobierno colombiano insiste en que su prioridad es mantener el diálogo diplomático abierto, mientras reitera su compromiso con las relaciones bilaterales y el respeto mutuo entre las naciones.
