El presidente insiste en diversificar las relaciones exteriores, pero expertos y oposición cuestionan los costos y beneficios de los más de 70 desplazamientos al exterior desde su mandato.
El mandatario colombiano, Gustavo Petro, iniciará una gira internacional que lo llevará del 27 de octubre al 4 de noviembre a países como Arabia Saudita, Egipto y Catar, según informó él mismo y la misiva enviada al Congreso por parte de la Presidencia.
Este nuevo desplazamiento revive la controversia sobre la frecuencia y el costo de los viajes presidenciales. De acuerdo con datos oficiales del departamento de Presidencia y reportes de prensa, Petro habría realizado 73 viajes internacionales desde que asumió el cargo, acumulando un total de 127 días fuera del país y visitando al menos 25 naciones.
¿Cuál es el objetivo de la gira?
El Gobierno afirma que esta agenda se enmarca dentro de una estrategia de diversificación de relaciones externas más allá del eje tradicional con Estados Unidos y Europa. La visita a Medio Oriente tiene como objetivo impulsar la cooperación en comercio, energía y tecnología, y fortalecer los lazos de Colombia con el mundo árabe.
Críticas y cuestionamientos
La oposición política y algunos analistas han cuestionado la magnitud de los gastos relacionados con estas misiones, así como el beneficio real que traen para el país, en momentos en que el Gobierno enfrenta retos fiscales y ajustes presupuestarios. Por ejemplo, en 2024 se conoció que cada viaje representó un costo promedio de COP 196 millones.
Por otro lado, defensores de la iniciativa sostienen que la expansión diplomática es clave para el comercio exterior colombiano y no debe medirse únicamente por el número de días o vuelos, sino por los acuerdos concretos que se puedan ejecutar.
Lo que sigue
En el marco de esta nueva gira, se espera que en la próxima Cumbre CELAC-UE, que se realizará en Colombia, se concreten algunos de los contactos explorados en Medio Oriente. Mientras tanto, el debate sobre la eficacia y transparencia de los viajes oficiales sigue latente.
