Expertos alertan sobre la brecha entre la demanda del mineral estratégico y la capacidad real de producción en el país.
El cobre, metal de vital importancia en la transición energética global, está adquiriendo una relevancia cada vez mayor en Colombia. Este material es esencial para las infraestructuras eléctricas modernas, como las redes de energía, los parques solares y los aerogeneradores, así como para los vehículos eléctricos, debido a sus excepcionales propiedades de alta conductividad, ductilidad y reciclabilidad.
Estrategia global y demanda creciente
De acuerdo con datos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en promedio cada vehículo eléctrico requiere aproximadamente 83kg de cobre, frente a los 23kg que demanda uno convencional. La presión sobre la oferta se intensifica: la AIE advierte que la producción mundial no alcanzará a cubrir en 2035 alrededor del 30% de la demanda estimada, lo que elevaría precios y generaría cuellos de botella en la cadena de suministro.
¿Cómo está Colombia en producción de cobre?
En el país, la producción de cobre es aún modesta. La mina El Roble, ubicada en El Carmen de Atrato (Chocó) y operada por Atico Mining, representa la única operación minera cuprífera de escala en explotación, con cifras de producción de 400 a 1.000 toneladas diarias, lo cual es considerado insuficiente frente al potencial internacional.
La Agencia Nacional de Minería (ANM) ha identificado cerca de 600 títulos mineros con potencial cuprífero en regiones como Antioquia, César, La Guajira, Tolima y Pacífico.
Proyecto estratégico: El Alacrán
Uno de los desarrollos más prometedores es el proyecto El Alacrán, en el sur de Córdoba, que podría convertirse en la mina de cobre más grande del país. Se estima una inversión superior a los US$700 millones, con implicaciones importantes en empleo (más de 1.700 empleos formales previstos) y en desarrollo regional.
Desafíos clave para Colombia
Si bien la oportunidad es grande, Colombia enfrenta varios retos que podrían limitar el aprovechamiento del mercado global del cobre:
- Necesidad de simplificar trámites de licencias y permisos a fin de acelerar la puesta en marcha de proyectos.
- Garantizar que la explotación cuprífera esté alineada con los principios de una transición energética justa, que no comprometa derechos de comunidades y medioambiente.
- Integrar la cadena de valor: exploración, producción, procesamiento, manufactura y exportación para que el país no solo extraiga, sino que agregue valor.
Relevancia para la transición energética nacional
El cobre no reemplaza por sí solo las fuentes renovables, pero es la columna vertebral que permite que dichas fuentes funcionen: sin una red eléctrica moderna, sin vehículos eléctricos y sin almacenamiento de energía eficiente, la transición energética se estanca. Colombia, al reconocer al cobre como mineral estratégico y avanzar en proyectos mineros, busca posicionarse en este mercado en crecimiento.
