Mensajes publicados por La W exponen acusaciones de “corrupción”, denuncias de filtraciones y un choque que pone en tensión la cohesión del Gobierno.
Una serie de mensajes privados intercambiados en el grupo de WhatsApp oficial del gabinete presidencial salieron a la luz este miércoles, mostrando un cruce verbal entre el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, y el ministro del Interior, Armando Benedetti. Los chats fueron difundidos por La W Radio y reproducidos por medios nacionales.
Según las transcripciones publicadas, Montealegre calificó en varios mensajes a Benedetti de “tibio” y llegó a llamarlo “corrupto”, además de augurarle consecuencias judiciales. En los intercambios difundidos se lee que Montealegre reprochó a Benedetti supuestas filtraciones de audios y comportamientos que, a su juicio, han perjudicado la gestión del gabinete. Benedetti, por su parte, respondió en el grupo con mensajes breves y rechazó las imputaciones.
La publicación de los chats generó reacciones inmediatas en la esfera pública y en otras instituciones. El procurador general hizo un llamado al decoro y a la responsabilidad institucional, señalando que este tipo de confrontaciones no contribuyen a la imagen del Estado ni al normal funcionamiento del Gobierno. Varios medios reportaron que los involucrados no entregaron declaraciones amplias tras la difusión.
El contexto político agrava la controversia: el episodio se produce en un momento de alta tensión por debates sobre proyectos clave en el Congreso y casos judiciales que afectan a figuras políticas. Diversos analistas y columnas apuntan a que la filtración expone fracturas internas que podrían afectar la estabilidad política y la capacidad del Ejecutivo para impulsar su agenda.
Fuentes periodísticas señalan que La W Radio tuvo acceso directo a los contenidos del chat del gabinete y que difundió fragmentos clave que desencadenaron la cobertura masiva. Los portavoces de la emisora detallaron los pasajes más polémicos y contextualizaron el origen del conflicto a partir de discusiones internas sobre posiciones políticas recientes. Hasta el momento, los ministros involucrados no han entregado una versión conjunta que explique el origen de la filtración ni quién pudo haber divulgado los mensajes.
¿Qué implica para el Gobierno?
El episodio coloca en primer plano preguntas sobre confidencialidad en comunicaciones internas del Ejecutivo y sobre el clima interno del gabinete. Especialistas consultados por la prensa advirtieron que este tipo de filtraciones puede erosionar la confianza institucional y alimentar crisis de comunicación que terminen afectando la gestión pública. También aumentan las presiones para que la Presidencia emita clarificaciones y adopte medidas para restaurar la disciplina interna.