Más allá del banano, Banacol ha contribuido a hacer de Urabá un modelo de sostenibilidad, inclusión y empleo digno, impulsando mujeres, jóvenes y comunidades rurales.
En Urabá, el cultivo de banano ha sido mucho más que una actividad económica: ha sido la semilla de un modelo de desarrollo con rostro humano. Durante décadas, empresas como Banacol han apostado por una visión empresarial que combina productividad con inclusión, equidad y bienestar social.
Más allá de la producción y exportación, Banacol ha sido clave en la transformación integral de la región, generando empleo digno, impulsando el liderazgo femenino en el sector agro y creando oportunidades para que los jóvenes rurales accedan a formación, empleo y participación activa en sus comunidades.
Su compromiso con la sostenibilidad ambiental y la cohesión social ha convertido a Urabá en un referente nacional e internacional de cómo el campo puede ser motor de progreso territorial y justicia social.
Hoy, Urabá es un ejemplo tangible de que sí es posible construir regiones prósperas, sostenibles y equitativas, cuando el desarrollo se siembra con visión de largo plazo y auténtico compromiso con las personas.